
Esta extrema sensibilidad solo sirve para asfixciarme ; para demorarme en todo lo que me derrota. Para encallar en un silencio que se devora mi alma y se traga todo lo que creo. Entonces pierdo la fe, el encanto, me vuelvo pájaro de hielo desprendida de tus manos . Busco tu calor, con esa necesidad pavorosa de un muerto de frío, cuando mi cuerpo pide a gritos ese abrigo que solo llega con tu nombre sembrado en mi rastro.
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