Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

martes, 14 de febrero de 2012

Hoy solo he pensado en una cosa....

Perdón, hoy solo he pensado en una cosa, ¿puedo pasar? 
Me quedo a tu lado y te siento respirar, me miras tan callado y fijamente.
Me amarro a mis propias manos mientras suspiro.
No me atrevo a tanto,
veo tu boca y ya me siento en ella,
tu lengua recorriendo esos rincones que solo quieren recibirte.
Sería mágico nuestro beso, seríamos los cuerpos hechos para amarrarse 
y dejarse... y amarrarse. Tú lo sabes,
sabes que fuiste hecho para mi boca
y yo para tus manos encendidas.
Entonces yo me acerco, cierro los ojos y te beso,
te beso y no te miro, porque mirarte es comprender que me estoy atreviendo.
Y te busco entre la ropa, y me buscas
cuando tus manos se prenden de mis senos
y me aprietan, me aprietan  y yo siento entre mis piernas
ese hueco que comienza a castigarme con sus ganas de llevarte dentro.
Por favor no te detengas, por favor amárrame a tu cuerpo, 
déjame ser tu caricia por un momento, ser tu carne, carne tuya 
para siempre, aunque me vaya,  aunque no te quedes.
Tanto nos sentimos, nos ardemos, nos sabemos
el uno del otro y así nos vivimos,
y así nos extinguimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario