En mi cuerpo solo cabe el filo de tus labios.
Es este un paisaje extraño, humedecido,
deteniéndose en el tiempo de tus ojos
y mi amor es tan frágil cuando llega a tus manos...
El frío se nos hace tibio buscándonos las orillas
y hasta aquí llegamos, a mirarnos por los besos,
a escondernos en nuestras dos abrigadas soledades,
cuando por ese milagro que nos trae el mundo
se nos vuelven soles acuñando intensidades.
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