¿Quieres mi carne danzando en el fuego para ti?
Tú, devorador de almas,
que no haces más que embriagarme con tu aliento,
derrotando a mis piernas
que se abren junto a tu boca lasciva
y no somos más que dos cuerpos averiados,
rotos, sudados, llenándose de agujeros .
Masticas mi deseo y yo con ese ánimo de venganza
te mastico a ti.
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