No entiendo al mar
y no entiendo al cielo
y no entiendo este mundo tuyo
pero un poco mío
Y no entiendo la música,
cuando espera,
ni siquiera entiendo al silencio.
No entiendo al poeta cuando ríe,
y no busco entender a los espejos.
A penas comprendo tu perfume
que amenaza con llegar
cuando
siempre se está yendo.
No entiendo tus aires, tus pasos
no entiendo..
tus manos de trenes abiertos
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