Y ella despertó tan enamorada que transformada en pez globo andaba volando por toda la casa.
Se deslizaba por el arcoiris que ahora nacía en sus ojos,cuando sus manos eran caricias que volaban , construyendo nidos en cada espacio deshabitado que encontraba .
Y en esa plenitud salvaje, le sonreían los ojos alucinados. Las caracolas en sus oídos vibraban mares encantados y todo esto con un solo beso, que un travieso duende aquella noche, le había dejado prendido en el alma.

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