Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Aún tengo el corazón tan maltratado que echo silencio por la boca.

Me estás arrinconando en el filo de tus besos, tomando con tus garras lo poco vivo que me queda en el pecho. Bebiéndote mi vida a bocanadas.


No quiero disimular cuanto me importas, el problema es que de verdad, me importas.




Nunca le hables a una herida, por que puedes salir lastimado.

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