Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

domingo, 26 de febrero de 2012

Enigma.

Los días y las noches me llevan y traen desde ti,
cómplices absolutos de mi mayor derrota.
No encajo en ninguna pieza de tu rompecabezas,
soy un relicario fantástico y grotesco, atesorando mis deshonras.
Y aquí me quedo amándote, en el peligro que me trae tu cuello,
tus manos delatoras de mis muslos y mi boca,
cuando tus dedos juegan junto a mi abismal deseo.


Amo todas tus sombras que me dejan perpleja, tus cuestiones pendientes.
Sabes a que me expongo cuando llego a tu beso sin ninguna armadura.
No soy inocente, traigo el barro en mis senos
pero mi alma  se agiganta volviéndose esta herida, que llega a tu mirada atónita.
Soy una bocanada de fuego vagando en la penumbra de tu escarcha.
No importa cuanto cielo haya en mis ojos, porque mi amor verdaderamente te ha visto.


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