Tengo el amor perplejo, enardecido, ensimismado. La boca una fresa, acalambrada e insolente esperando tus mordiscos. Adonde llega mi urgencia, adonde dejas clavada tu mirada y te haces sombra entre mis senos heridos de tu lengua.
Me quiebras las ganas y me expones al laberinto insinuante de tus besos. Trepas por mis faldas que te obedecen hambrientas de tus manos y te alejas. Me dejas fiebre, lava hirviente , latidos deshechos , maltrechos por tu ausencia.
Tengo todos los gemidos en la garganta queriendo abandonarme por llegar a tu cuello. Mis labios , perdidos labios, que hoy no me pertenecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario