Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

miércoles, 30 de enero de 2013

Susurros...

Cuando llegaba a verla, con los labios heridos de horizonte, se apuraba por quitarse las alas  que dejaba esparcidas por el suelo. Sus dedos hambrientos como el aire que rozaban, no entendían del tiempo.
Sin embargo siempre que hacían el amor ella le susurraba al oído diciendo - despacito, estate quieto!
No era por extender el placer, no le importaba si era la noche la que llegaba a su orgasmo ...
...Ella solo quería que él no tuviera que abandonar otra vez su cuerpo.

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