Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

sábado, 26 de enero de 2013

Rastros.

Este país se me enreda
deshojando tu nombre.
Limpiando de sombras 
el cuerpo nuestro.
Le quito las agujas a las horas
buscando contener la memoria
de una piel que no se extingue.
Esta ciudad que eres tú dentro mío
no quiere más exílios;
se esconde hambrienta entre mis piernas magras
o duerme desnuda en las aristas
de un verano terrible.
Eres la noche, cientos de idiomas,
algunas pisadas hiriendo las calles...
Y toda esta bendita lluvia
que no alcanza a limpiar tu rastro.



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