Este país se me enreda
deshojando tu nombre.
el cuerpo nuestro.
Le quito las agujas a las horas
buscando contener la memoria
de una piel que no se extingue.
Esta ciudad que eres tú dentro mío
no quiere más exílios;
se esconde hambrienta entre mis piernas magras
o duerme desnuda en las aristas
de un verano terrible.
Eres la noche, cientos de idiomas,
algunas pisadas hiriendo las calles...
Y toda esta bendita lluvia
que no alcanza a limpiar tu rastro.
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