Cuando no estás nunca sé quien es el que está ausente, si tú o yo.
Te busco solo para que nos perdamos, juntos.
Pasas tan veloz por mí que ya me he vuelto un rastro tuyo.
Deberías devorarme la espera.
Ven y veamos que tan rápido nos desnudamos del mundo.
En el preciso borde de tu boca se encuentra el único atajo a todos mis laberintos.
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