Si ya no tengo más vida que darte, todo lo que queda de mí es esta enquistada alienación.
Doy dos pasos hacia el abismo esperando encontrarte, sigo tu voz que dice hacia adelante y dónde estás tú?...donde está el abismo.
A dónde me lleve el día está tu nombre.
El día que me regales un Adios, grítamelo bien fuerte ! así podré distinguir tu ausencia de tu silencio.
Deberías regalarme otra cosa que no sea extrañarte.
No le pidas fuego al leño, enciéndelo.
Ojalá le crecieran manos a tu silencio.
Me precipito al goce como si fuera a beberme el cielo en un ocaso porque sé muy bien cual es mi noche y cual sombra me estará esperando.
En mí tú haces el nosotros.
Eres tú aunque no nos entendamos. Siempre eres tú. Aunque algunas veces... parezco no ser yo.
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