Buscaba un silencio en donde arroparme de este desierto sin brazos,
una palabra en donde anclar la sangre nunca mía.
Y crecía tu cuerpo en cada letra.
Tus poros esparciéndose en el aire
ocupando mis pulmones;
tu boca desmedida, dibujando el contorno de mis labios
y no era yo quien te creaba, eras tú
que me hacías otra, amándote por todos mis rincones.

No hay comentarios:
Publicar un comentario