Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

martes, 6 de marzo de 2012

Mi carne se vuelve arena sin tus manos,
mis piernas desobedecen al abrigo de la noche
llamando enloquecidas a tu sombra.
Agitándose en las sábanas heridas de muerte buscan tu boca,
con la sed perpleja  de mis cantos.
Necesito el montaje de tu lengua sobre mis senos, 
la dureza de tus dedos sosteniendo mis caderas,
poseyendo mi cuerpo nacido para acabar en tu sexo.
Abre el misterio encerrado en mi pelvis ,
que aguarda entre desvelos y silencio
la perfecta agonía de ser devorado.

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