El frío sabe así como la muerte,
acurrucándose en los labios
y todo está tan quieto,
terriblemente quieto
que espanta al calendario.
Marzo... se vistió de duendes
para encenderme estrellas en las manos
más solo me dejó este pedacito
de hielo seco en tu nombre bordado.
Hilachas de la noche van quedando.
El cielo desconfía de mis ojos
amenazan con llanto
absurdamente humanos
se olvidan que ya han muerto.
Marzo ...nos ha vuelto rehenes
y se robó los puentes que inventamos.
Nos descosió los besos y en los labios
crucíficó un suspiro aventurado.
Marzo...se vistió de duendes
para encenderme estrellas en las manos
más solo me dejó este pedacito
de hielo seco en tu nombre bordado.

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