Diablos como muerde el corazón,
nunca estuve en un mundo tan salvaje como este.
No sé como partir sin dejar tu rastro entero en mí.
Será que no hay caminos aquí,
será que solo son postales
de nosotros mismos fragmentados.
La superficie o las profundidades.
Todas ecos de un mismo infalible grito de silencio.
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