Bocanadas de fuego detrás de cada ola.
Aristas saladas bordeándonos los cuerpos,
hipnotizados, áridos, hasta que nos volvemos nuestros
y nos sacamos el amor ajusticiando cada herida
con un beso mojado .
Y nuestra lengua ,que vive para enredarnos,
disolviendo la mordaza que nos esconde detrás de cualquier sombra.
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