por llegar y tirarte toda tu estantería.
No puedo ser ordenada en mis sueños
ni tampoco impedir que se vuelen mis besos,
cuando quieren llegar a tu boca.
Perdón de rodillas por mis payasadas
por creer que son mías todas tus miradas.
Por este amor tan irreversible
por mis travesuras de niña terrible
o de mujer sin tiempo.
Ya ves me descubro ,así sin medidas,
el atolondramiento de este alma tan mía,
me llueven los ojos y me ríe la risa
mientras dejo sin botones a tu linda camisa
y te canto un suspiro.
Yo también temería de mí en tu lugar
o haría del enojo mi mejor hogar.
Pero pese a mi misma sabes que te quiero
y entre todos mis sueños tu eres el primero
al que quiero arribar...
al que quiero arribar.

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