Déjame los dedos marcados de apretarme,
a tu alma atravesando mi cuerpo.
Con tu lengua hazme surcos en los labios,
créame una boca que exista en un segundo que nos alivie.
Amárrate a mis piernas,
quítame del purgatorio de vivir necesitándote.
Arrástrame a un infierno que nos queme,
que nos queme y nos derrita
y una vez líquido
inúndame de tí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario