No sé como inventarme
y no verte.
Siempre corrí a tus brazos sin saber si estaban allí.
y en esta insanidad tan grande
solía verme enferma ante los ojos de un mundo
que gozaba
con mis debilidades.
No importaba morir mientras fuera en ti,
pero sí hubiera querido tu valor
dándome cualquier adios
antes de dejarme deshaciéndome en el aire,
estirando los brazos justo
en el peor lugar...
en donde ya habías partido.
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