Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Empacándome.


No sé que está pasando,

comienzo a doblar las piernas, 

enrollar los brazos, 

apilar los labios como si  fueran míos.

Cepillo mi sombra, 

le saco lustre al piso por si encuentro tu rastro.

Ordeno el sin sentido por no aterrarme.

Llega la noche

y se vuelve una trampa cada hueco.

Y entonces me arropa este frío

el que me dejas,

listo para empacarme.

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