Sólo recuerda
si es necesario recordarme
y alíviate,
que nunca pude huir de aquí
ni de lo inevitable
que eras tú, que eres..
Pero no volveré para dañarnos.
Es el poema
que tiene en mí la boca grande
y filosos los labios
y la garganta como abismo.
No sé que haré
con esta lluvia,
este pantano,
la denudes de andar sin ti.
Que ya no entra el corazón en otra parte..
Sólo recuerda
mi mal, mi bien!
que no fui yo la que se fue,
un día tú ,
tan suavemente,
me invitaste a partir.
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