Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

sábado, 2 de marzo de 2013

Te quedas mío.

Cuando dices maravilla y allí está tu boca pronunciando y aquí mi vida intacta queriendo salirse de mí, palpitando al compás de tu palabra. Así te quedas mío pese al vaivén del tiempo y las deshoras y todo el horizonte acurrucado detrás de mi sombra. Tal vez soy estas manos que te esconden la noche a la vera del camino insomne; el cuerpo extraviado, la punta de mis dedos rozando el aire haciendo que te tocan.

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