Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.
jueves, 20 de febrero de 2014
Ven..
Ven, ven.. Has tu trabajo pero quítate de mí, arráncate! No me dejes estos ojos, ni estos dedos perfumados de ti. Pon el deseo donde no se devore mis labios. Y has con mi amor un abrigo que ya no me queme.
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