Sé que no estarás aquí
para sanarme toda la pus
de estos, mis necios días
tan poco poéticos.
La noche tropezando con mis pies.
Ojos de miseria
confundièndose con los míos
cuando màs quisiera verte.
Mas tú acomódate el traje de guitarra, mi amor,
saca a brillar a todas las estrellas;
ahoga bien mis penas en tu canción..
que yo voy a encender tu nombre
aunque a la soledad le estorbe.
porque si hay un derecho es el de amar
aún en esta incertidumbre.
Este país se va poniendo negro,
como una jaula espesa
consumiéndose de a poco los pulmones
de algún cigarro salvador.
Mientras cantan las sirenas
se pierden los deseos
cayendo del balcón
o por las escaleras sin ningún control.
Mas tú acomódate el traje de guitarra, mi amor,
saca a brillar a todas las estrellas;
ahoga bien mis penas en tu canción..
que yo voy a encender tu nombre
aunque a la soledad le estorbe.
porque si hay un derecho es el de amar
aún en esta incertidumbre.