Si poesía no fuese un cuerpo
y la carne dentro de ese cuerpo
y la luz o la obscuridad
debajo de esa carne.
no te escribiría.
Te ardo en las palabras
y los silencios que soy.
En mis paredes afectadas, corroídas
por este caos
desde mi nacimiento.
..
ten piedad!
No pidas a un ciego que vea,
soy sólo una clarividente
y tanto sol ha desteñido mis ojos.
Tengo oculto el ocaso en los huecos de mi corazón
hecho de inviernos.
Interminables.
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