Este hombre
tenía la piel como dragones
y me tambaleaba en sus días de fuego.
Recorría mis muslos como muros y los saltaba.
y me atrapaba sin aire en cualquier lugar del viento.
Me enseñaba a marcharse y se quedaba ,
y siempre en desventaja, jugaba a ganármelo sediendo.
Olía mi sangre y la tomaba y yo, yo lo tomaba presurosa
antes de hacernos cenizas a destiempo.
Este hombre , interminable,
perdido de mis horas,
haciéndome mujer en cada vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario