de debernos horas.
Vamos a naufragar sin el espacio
entre mi amor y tu boca,
volviéndonos anzuelo
de un mundo con hambre.
Nos vamos a perder sin embriagarnos
al margen de este cuerpo,
sumando días a algún calendario
para mantener los sueños.
Escribiendo la piel del aire.
Hay un mar
que se incendia,
al margen del cielo.
Ya no sé donde beber el agua
de tus ojos...
Nos vamos a vivir sin derramarnos
entre suelo y vuelo
Fragmentándonos todos los daños
hasta volvernos nuevos.
El espacio de todos mis poros.
Hay un mar
que se incendia,
al margen del cielo.
Ya no sé donde beber el agua
de tus ojos...
Hay un mar
que se enreda,
buscando tu reflejo.
Y estoy yo
nadie me ve,
besándote como al aire.
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