Tengo ronca la espera
los días destemplados
el mar, helado, herido, salvaje.
La boca toda hecha de niebla y tiempo.
Soy horas que no pasan por tus grietas de sol y lluvia.
Aquí escasea el verano
las notas se hacen mustias;
te busco en las alfombras de las calles,
en sus grises arrebatados sin memoria.
A veces brillas y te expandes como un horizonte de ojos tersos
A voces me encripto
en esta ciudad de sombras que intentan devorarme
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