Me tienes entre la espada y un beso.

Sus palabras son como un maremoto que sacude el alma de cualquier mortal.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Aprendí.



Aprendí
a domar mis temporales,
a llover tras los cristales
aprendí.

Aprendí
a limarme las ausencias
a sortear las diferencias
a no aparentar.
Que la vida es breve y no sabe esperar
que a nadie le sirve otro disfraz.

Aprendí
a entender que no hay salida,
a regarme las espinas,
a no claudicar,
que el camino nos recorre sin parar
y es muy pequeño el tiempo de abrazar.

Aprendí
a tragar las decepciones
a incendiar mis emociones,
aprendí.
Aprendí
a perderme en tu mirada
aunque ya no dejes nada,
a no volver a mí.

Si tan poco queda por decir
es porque del silencio
también aprendí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario