
En este quieto barco
que soy
se anclan las palabras y la noche,
reflejo negro del mar
entre mis nudos de silencio.
En este empedernido andar
es hora ya
de no temblar.
Mira como se pone triste la ciudad
si no le sedo un trozo
de mi alma de perro.
No , no busco un timonel,
aprendí a danzar con mis brazos de remo,
sólo que me puedas dar amor
y te dejes querer
hasta los huecos.
En este quieto barco
que soy
se anclan las palabras y la noche,
reflejo negro del mar
entre mis nudos de silencio.
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