Ojalá te esperara desnuda
en un satén de mar púrpura
pero no,
aquí te espero
.
Me clavo tu nombre en una vena
y dejo que se cuele por mi sangre
.
Entonces cierro los ojos con la piel desesperada
y te dejo crecer libre en mis rincones.
Soy este grito ahogado de silencios
inquietas manos que no saben ser caricias.
Los muslos derrochados de un amor sin cuerpo.
La luz escurriéndose en mi sombra
hasta encontrarte.

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